Convento de San Francisco

Durante el Renacimiento, los monjes franciscanos, asentados anteriormente en Barrieta, con jurisdicción ecleseástica de Colindres, desde hacía mucho tiempo deseaban instalarse dentro del recinto de la villa. Pero a sus deseos se oponía el Cabildo de la Iglesia de Santa María. Tras la peste sufrida por la villa en 1568, los franciscanos, gracias a su entrega en la ayuda a los laredanos, consiguieron autorización para instalarse intramuros, donde construyeron uno de los más notables edificios clasicistas de Cantabria.

En el interior de la iglesia se encuentra un magnífico retablo mayor, de estilo pre-churrigueresco, obra de Francisco Martínez Arce, datado en 1665 y reconstruido en 1778, dedicado a San Francisco. También hay numerosas capillas fundadas por poderosos nobles laredanos como los Marroquines, los Alvarado, los Salazar, etc…. Estas capillas aparecen ricamente decoradas. Destaca la mandada edificar hacia 1689 por don Felipe Vélez Cachupín, con dinero traído de Perú. En su interior se puede ver la estatua orante del fundador.

Desde 1883 es ocupado por una comunidad de Madres Trinitarias que llegaron de Villaverde de Pontones. Algunas salas del edificio están habilitadas como museo de arte sacro.