Casonas y Palacios
Fuera del recinto amurallado, Laredo cuenta con un rico patrimonio de arquitectura civil con edificaciones del siglo XIX y principios del XX (Avenida de España, C/ Menéndez Pelayo y C/ López Seña) y de arquitectura defensiva, de los siglos XVI al XVIII (monte de La Atalaya).
La arquitectura de los indianos, aquella construida con los capitales generados en tierras indianas o americanas, forma parte del paisaje urbano de Laredo. Son varios los ejemplos de estos estilos arquitectónicos los que se dan cita en la villa, desde las industrias conserveras (hoy desaparecidas) hasta edificios de un gran valor arquitectónico. Unos domésticos como La Casa de Las Cuatro Témporas (actual juzgado de Laredo); el Palacio de Carasa (actual Ayuntamiento); la Casa Gereda; y otros públicos, destacando El Matadero (actual piscina municipal); el Mercado de Abastos, y las Escuelas del Doctor Velasco (construidas con capital indiano). En la Avenida de España, una de las más transitadas de la villa, existen varias muestras de arquitectura indiana doméstica:
PALACIO DE LAS CUATRO TEMPORAS
Tanto este edificio como el palacio de Carasa fueron construidos por el hacendado don Ramón de Carasa, a mediados del siglo XIX. Es uno de los mejores ejemplos de tendencias decorativas de la arquitectura doméstica del siglo XIX en Cantabria. Recibe su nombre de las cuatro alegorías escultóricas de las estaciones que presiden su fachada principal.
PALACIO DE CARASA
Su estructura de estilo neoclásico se divide en planta baja, dos alturas y un ático. Sus vanos están rematados en arcos de medio punto, carpaneles y adintelados con vierteaguas. Cada una de sus fachadas representa un amplio número de balcones simples y dobles, en voladizo, de igual manera que la Casona de la familia Gereda.
CASONA DE LA FAMILIA GEREDA
Esta construcción palaciega fue oficiada en el año 1885, siguiendo unos patrones muy puristas, con escasos elementos ornamentales. Su estructura está dividida en planta baja, dos alturas y ático abuhardillado, diferenciadas por líneas de impostas con decoración geométrica y rematada por cubierta a cuatro aguas. En la planta baja hay varios tipos de puerta vierteaguas, y otras mediante arcos de medio punto. Algunos de sus vanos se ornamentan mediante pilastras sencillas y otras de orden toscazo. En las plantas superiores, una sucesión de balcones en voladizo, simples y dobles, van alternándose, rompiendo la rectitud de línea del edificio.
CENTRO CULTURAL DR. VELASCO
Proyectado como Escuelas en 1908 por el arquitecto Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo (arquitecto del teatro Arriaga y del ayuntamiento de Bilbao, entre otros), su construcción fue sufragada por el indiano Dr. Federico Velasco. Se trata de un proyecto docente claramente marcado en el krausismo y los métodos educativos propugnados por la Institución Libre de Enseñanza, en torno al deporte y la educación física. La obra ha de incluirse en el deseado proceso de dignificación de los centros educativos de principios del siglo XX, logrado a través de la calidad de materiales y la generosidad espacial, así como de los aires internacionales –con fuertes reminiscencias francesas- en la decoración y la estructura.
MERCADO DE ABASTOS
Del año 1900. Eladio Laredo y Carranza -arquitecto castreño- recurre en este proyecto al repertorio decorativo mudéjar: ladrillo visto, cerámica, mampostería, sillería en esquinas, entrelazados, arcos imbricados, etc.
El claro talante ornamental del mercado, que oculta la estructura metálica, se completa con una “expresiva” combinación de motivos (cerámicas vidriadas de Zuloaga con decoración “a Candelieri” de tema vegetal y motivos pesqueros y peces enroscados) que clarifican la lectura funcional del edificio, traduciendo al exterior su uso como mercado y pescadería.
EL TÚNEL
En 1855 se proyectó la ejecución de un puerto de refugio al Norte de la Atalaya. Como trabajo preparatorio y auxiliar de su construcción se debía acometer la excavación de un Túnel de 220 m. de longitud y 4.5 m. de altura.
Será el 19 de diciembre de 1857 cuando se elabore el proyecto para la ejecución del citado Túnel por el arquitecto D. Julián Pastor.
En diciembre de 1862 vistas las proposiciones presentadas para ejecutar el Túnel, el Excmo. Ayuntamiento de Laredo adjudica su realización a la Sociedad Unión Mercantil, representada por su gerente D. Mateo Obregón, y se construyeron 260 m. de muelle.
Su ejecución comienza en enero de 1863 con D. Ramón de Rada como alcalde y el 6 de Junio de 1864 se finaliza.
No se llegó a utilizar para el fin que se construyó porque el puerto de refugio fue destruido por varios temporales (en los años 1873, 74,75) antes de su finalización. Más recientemente y durante la guerra civil española este Túnel sirvió de refugio para la población de la Villa de Laredo.
Ver sección especial de El Túnel
MIRADOR DEL ABRA
Al final del túnel, encontramos el “Mirador del Abra”, totalmente integrado en el medio natural, desde donde se puede contemplar el litoral de Laredo: el oleaje (marea alta) y acceder a pie a la playa de la Soledad (marea baja). Es una playa pedregosa (cantos, grava y sustrato rocoso) de unos pocos centenares de metros de extensión, que se abre entre acantilados. Es una zona de escasa sedimentación donde predominan los procesos de erosión del oleaje que se encargan de desmantelar el acantilado e incorporar los fragmentos rocosos en su seno. El fuerte oleaje impide la estabilidad del componente arenoso. De esta forma, los fragmentos existentes en esta playa son de naturaleza calcárea y volcánica, al ocupar la playa las áreas donde afloran las calizas cretácicas y las ofitas triásicas.
Ver sección especial de El Abra
COMPLEJO FORTIFICADO DEL RASTRILLAR
Para los que quieran alargar el paseo, les sugerimos accedan al Complejo Fortificado de El Rastrillar, ubicado en La Atalaya, según se indica en la Ruta con Encanto de La Atalaya. Este complejo cerraba la bahía frente a posibles ataques de barcos enemigos, junto con el Fuerte de San Carlos en Santoña, y el emplazamiento estratégico situado en el Puntal de la playa Salvé. Estuvo en servicio hasta principios del siglo XX, y sus primeras edificaciones datan del siglo XVI. Declarado Bien de Interés Cultural (BIC), alberga un conjunto de restos arquitectónicos de uso militar y defensivo (baterías, pabellones, trincheras, polvorines….) del cual se conservan murallas y edificios.
Ver sección especial de la Atalaya