Carnaval
Distinguido en las décadas finales del siglo XX como el “Carnaval de la Elegancia”, esta festividad sigue teniendo en los tiempos actuales elementos que singularizan su celebración, consolidándolo como uno de los más potentes del Norte de España.
Destacable, sin duda, el Carnaval Escolar, que protagonizan más de mil alumnos de los colegios de la villa ataviados con trajes elaborados con materiales reciclados en un alarde de imaginación y fantasía.
El Gran Desfile de Carnaval aglutina a miles de personas ataviadas con galas que, en muchos casos, implican largos meses de trabajo. No van a la zaga los artefactos de notables dimensiones con las que distintas agrupaciones irrumpen en un desfile en el que las ganas de saltar y bailar se contagian por doquier.
El Entierro de la Sardina congrega un notable cortejo de viudos y viudas que acompañan a la finada por las rúas de la Puebla Vieja en su periplo hasta la orilla de la playa, donde es incinerada en medio de un gran estruendo. Todo ello precedido por una representación teatral de las luchas de Don Carnal y Doña Cuaresma a cargo del grupo de teatro Local “Aldaba”.